“Carta a la madre, Herminia Descotte de Cortázar”, Julio Cortázar

23 de marzo de 1981 Comprendo que a veces mis cartas no te parecen muy locuaces, como me decís en un párrafo, y lo lamento porque siempre he querido mantener con vos el mayor contacto posible. Pero hace años, y eso lo sabés de sobra, que por razones de seguridad hacia vos he tenido que reducirme a simples noticias familiares, sin entrar nunca en consideraciones que hubieran podido amenazar tu seguridad si mis cartas hubieran caído en manos enemigas. Esto te parecerá exagerado, pero es que tanto vos como otros millones, no podés tener una clara idea de lo que han sido estos últimos años en el país. ¿Cómo podrías tenerlas si las únicas informaciones de que se dispone son las oficiales? Hoy las cosas están más tranquilas, y yo puedo escribirte esto sin sentirme tan preocupado como antes; pero durante años he vivido con el temor de que mis enemigos internos pudieran vengarse en vos de lo que no podían hacerme a mí.